domingo, 30 de enero de 2011

My own worst enemy

Sé que después de un tiempo actualizando el blog más o menos a menudo, he vuelto a desaparecer.

La verdad es que no estoy pasando por un buen momento, tanto física como emocionalmente. Estoy en un momento en el que a la fuerza tienes que cambiar tus prioridades. Soy consciente de que esto me lo he buscado yo solita, por tantos años de bah, ya se me pasará y hace 2 semanas aproximadamente estallé. Estoy intentando encauzar las cosas para cambiar, para cambiar un estilo de vida dedicado a los estudios única y exclusivamente. Cuesta muchísimo, porque a los 22 años soy de una manera, opino de determinada forma, y me dejo llevar tanto por los sentimientos y las emociones, que cambiar eso o, al menos, atenuarlo, me cuesta muchísimo esfuerzo. Pero como siempre digo, soy mi peor enemiga. Soy la típica persona que se exige demasiado, que si no consigue llegar a unas metas, me embajono de tal manera que sólo puedo opinar de mi misma que no valgo para nada. Sí, autodestructiva y todo lo que queráis pero por lo menos me he dado cuenta de que tengo que cambiar. Que con 22 años, con toda la vida por delante, no vale la pena ponerse así ni tener que quedarte en cama porque no puedes ni caminar. Con 22 años no me da la gana que se vea resentida mi salud por culpa de los estudios, de chusma que no vale la pena, de mis miedos, de mis estupideces. Me he dado cuenta a base de sustos. Porque os diré que verte llegar al límite y durante ese momento ser consciente de todo y preguntarte a tí misma la causa de todo, no es agradable ni tener que estar más de una semana acostada en una cama ni que te acompañen a todos lados y te ayuden a hacer todo, porque ni siquiera me puedo poner los zapatos. 
Probablemente, porque soy así, lo que más me joda es el cambio de prioridades. El verme obligada a no poder presentarme a examenes porque no puedo. Pero no es el "no puedo", lo típico, porque crees que vas a suspender aunque has estudiado muchisimo. Es un no puedo real, de no puedo estudiar, no puedo pasar más de 10 minutos en una misma postura, porque no puedo concentrarme del dolor, porque no puedo apenas caminar sin hacerme daño o sin cojear. 
Odio estar así, pero es lo que hay. Y tengo claro (a ratos) que lo que tengo que hacer es cuidarme más. Cuidar mi coco y mi cuerpo. 
Las que me seguís por twitter, habrán visto tweets súper quejicas y otros como si no pasara nada. Simplemente paso de estaros diciendo todo el rato lo mal que estoy, prefiero deciros cosas más banales y menos depresivas. 
Y si os preguntais cuáles son los hilos que estoy moviendo para cambiar las cosas, pues he empezado pidiendo cita a distintos médicos y probablemente si estoy un poco mejor esta semana empiece a ir a nadar...Si se os ocurre algo más, acepto sugerencias. 

Si lo habéis leído todo, os doy un pin o algo, pero es que necesitaba un poquito de terapia bloggeril.
Intentaré que las próximas entradas sean más alegres o menos tristes, palabra!

4 comentarios:

Niniakiwi dijo...

Y esta bien que hagas terapia bloguil! y sobretodo que decidas cambiar para no estar tan jodida. Yo sé que tú podrás encauzar tus cosas como quieres!!!
Muchos besos y animos!!!

Maris de Can Kroaki dijo...

Guapa! Ánimo! Sé por experiencia que cambiar las costumbres es difícil pero, si la salud se complica es bueno planteárselo. Aix! Te mando un abrazo fuerte, sol!

Anónimo dijo...

Pues mucho animo y poquito a poco, ya verás como vas mejorando!
La terapia bloggeril a veces es muy buena.
Besos.

Marian dijo...

guapisima, espero que vayas mejorando, que cambiar es duro, pero poco a poco se puede! besos